Las nuevas viejas PIZZEROLAS

Me habría encantado simplemente toparme con ellas en Superama (no CityMarket), pero tengo que confesar que alguien más me contó el secreto: Las Pizzerolas están de regreso.
Están, además, en su empaque casi original ése verdecito deslavado con ventana para ver que no todos los totopos sobrevivieron intactos al trajín de la transportación.

Atrás sólo nos dicen que recordar es vivir y tienen razón. Me acabé casi todo un paquete re-viviendo aquellos tiempos cuando ni siquiera los rancheritos existían. Casualmente hoy empecé a hacer elíptica otra vez, pero no, el remordimiento por las casi 800kcal que me zumpé no tiene nada que ver.

Las pizzerolas eran las "papas" favoritas de mi mamá, aunque después fueron desbancadas por las Quesabritas (que tal vez ahora sean KeSabritas, como la KeBuena).
Las pizzerolas eran las que machacábamos para echárselas a los sandwiches del lunch que nos comíamos cuando no era nuestro turno en el resorte.
Mayra comía pizzerolas mientras ensayábamos el coro.

En fin, las pizzerolas están aquí esperándonos. Apuren a comprarlas que no creo que duren mucho tiempo y ya ven que los Doritos sabor pizzerola nunca fueron lo mismo.

Qué gran idea. Sí.

Uff y no encuentro ninguna otra foto y ya le dije a Carlos que no le iba a robar las suya...

Y en la página de Sabritas tampoco hay nada. Y naaaah me acabo de enterar de que los cacahuates Karate ¡son de ellos! y no es una sorpresa positiva.

La acabé tomando yo. Aquí está y ahora ésta es la segunda foto de pizzerolas que existe en internet.

Alanis Morrissette

Mind the empty bottle with the holes along the bottom...

Ayer volvió a venir Lani después de casi diez años de no pararse por aquí. Hizo un gran concierto.

Está tan loca como siempre y hace movimientos de los que la Gloria Trevi del pelo suelto estaría orgullosa.

Alanis venía a promocionar su nuevo disco (Flavors of Entanglement), pero sabe su negocio y nos prendió a todos desde el primer segundo con Uninvited.

No sé qué sienta al ver que lo nuevo no es tan popular. Ya lo había dicho: la felicidad la arruinó y agradecer a la India fue el comienzo de su perdición. Pero le vi la cara y la piel chinita cuando cantábamos todos You oughta know a grito pelado.
Espero que con sus recientes historias de desamor, nos regale otro disquito tan bueno como el primero (el primero oficial, porque de sus discos pop tipo Paula Abdul nadie conoce, los ha de haber mandado quemar todos para no tener que reconocerlos).

Escucharla me hizo recordar viejos tiempos Irónicos y aquéllos en los que pensaba that I would be good.

Fue un gran concierto. Give us more.

La última lágrima que tenía en mí amenazó con salir. Pero es adentro a donde pertenece.

Y es que de pronto me sentí como el elenco que sabe que hará la última representación de la obra en la que ha actuado los últimos meses y que después de esto no volverá a estar junto.
Los actores me lo podrán decir mejor sin duda, pero podría jurar que cuando salen al final todos tomados de las manos, están haciendo un recuento mental de los grandes momentos que vivieron y que han terminado. Por eso lloran, porque ha sido genial.
Me vi yo misma haciendo un recuento de mi temporada anterior, pero más recordando al elenco que tampoco volverá a estar junto de la misma forma. Y fue entonces cuando la última lágrima que tenía en mí amenazó con salir.
Tengo otras conmemorativas de otras temporadas, anteriores y nuevas.
Pero a ésa, en especial, la guardé de recuerdo y no la lloraré a menos que sea absolutamente necesario.